Por la capital de la República se hablaba sobre la existencia de un plato afrodisíaco, un bocadillo típico de la provincia verde, Esmeraldas.
La gente decía y escuchaba que este aperitivo era popularmente conocido como un “levanta muertos” y que para quien lo comía era inevitable no sentirse ardiente, pues la pasión recorría su cuerpo de pies a cabeza.
La gente decía y escuchaba que este aperitivo era popularmente conocido como un “levanta muertos” y que para quien lo comía era inevitable no sentirse ardiente, pues la pasión recorría su cuerpo de pies a cabeza.
Más de 300 kilómetros de viaje y cinco horas de espera pasaron hasta que un gran letrero horizontal y el ancho río Esmeraldas nos dieron la bienvenida a la ciudad. A lo lejos logramos chequear a un oficial de Policía y de inmediato le preguntamos:¿dónde se consigue el famoso tapado?. “Uy, eso está bien difícil amiga, el tapado solo lo hacen en las fiestas”, contestó el uniformado.
No contentos con la respuesta, decidimos seguir indagando a los habitantes de la ciudad, pero cada vez que lo hacíamos teníamos la misma respuesta: “no mamita, eso está complicado”, dijo el vendedor de cocadas, “difícil que lo consigan”, manifestó una guapa muchacha que con su falda corta y su gran escote cruzaba por el parque central. “Tenían que pedir con anticipación”, aclaró una vendedora del mercado.
No nos dimos por vencidos, menos aún después de viajar tanto, así que nos subimos en el carro y fuimos a recorrer la ciudad. Cuando casi habíamos perdido las esperanzas vimos una pequeña pizarra afuera de un local con las palabras mágicas: “Hoy, Tapado Arrecho”.
No contentos con la respuesta, decidimos seguir indagando a los habitantes de la ciudad, pero cada vez que lo hacíamos teníamos la misma respuesta: “no mamita, eso está complicado”, dijo el vendedor de cocadas, “difícil que lo consigan”, manifestó una guapa muchacha que con su falda corta y su gran escote cruzaba por el parque central. “Tenían que pedir con anticipación”, aclaró una vendedora del mercado.
No nos dimos por vencidos, menos aún después de viajar tanto, así que nos subimos en el carro y fuimos a recorrer la ciudad. Cuando casi habíamos perdido las esperanzas vimos una pequeña pizarra afuera de un local con las palabras mágicas: “Hoy, Tapado Arrecho”.
En esta pequeña fonda se percibía un aroma delicioso, pues tras una cortina gris floreada se preparaba “a candela viva” el tan añorado Tapao Arrecho.
Janina asegura que el plato se come, “bien caliente...para estar caliente”. Este famoso Tapado Arrecho, una mezcla de carne de res y de chancho seca, embutidos, pollo, chanchullo y sobre todo mucho chorizo y verde, no solo sirve para despertar el deseo sexual, sino también para curar el mortal chuchaqui. Había pasado una hora desde que llegamos y pudimos comprobar lo que Janina dijo: en sesenta minutos se había terminado el tapao, pues no solo llegaban clientes a comer, sino también otros con tarrinas para llevar.

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